jueves, 19 de enero de 2012

¿Cómo te organizas?

¿Cuántas veces te vas a la cama con la sensación de no haber cumplido todas las tareas del día? Todo el mundo cree que nunca hay tiempo suficiente para acabar con todas las tareas del día. Pero lo hay, para lo importante lo hay.

En el momento que aprendamos a administrar nuestro tiempo, en el momento que usemos el tiempo inteligentemente, sabiendo que tareas elegir y cuando realizarlas, nos haremos con el control.

Gestionar el tiempo es una destreza fundamental que te ayuda no solo a mantener tus tareas bajo control sino a mantener el estrés bajo mínimos. A todos nos encantaría tener un par de horas extra más al día. Esto es posible si trabajamos inteligentemente en las cosas de máxima prioridad, con un programa de objetivos en la mano. Con esto, podemos trabajar eficazmente, y lograr esas metas, sueños y ambiciones que tanto nos importan.

Los puntos que detallo a continuación son las guias principales en la Gestión del Tiempo:
  1. Fijación de objetivos. Es indispensable tener claro nuestros objetivos. Esto no quiere decir que los vayamos a cumplir, pero es necesario saberlos. Si sabemos que es lo que queremos, averiguaremos que es exactamente lo que tenemos que hacer y en qué orden. Si no conocemos nuestros objetivos, perderemos el tiempo en cosas sin importancia y no nos centraremos en los puntos claves. La fijacion de objetivos requiere invertir tiempo y esfuerzo y muchas personas no invierten o no quieren invertir, pero lo que no saben es que si invertimos vamos a ahorrar tiempo, esfuerzo y frustraciones futuras.
  2. Priorizar. Dar prioridades es muy importante ya que si no lo haces trabajarás duro sin conseguir resultados y perderás tiempo en asuntos sin importancia. Para trabajar de manera eficiente, lo primero es ordenar las tareas de mayor a menor valor, así nos centraremos primero en conseguir los proyectos o tareas fijados en su fecha. A todos nos gusta acabar una tarea y decir: “¡Lo que me he quitado de encima!”.
  3. Eliminar interrupciones. Muchas interrupciones son necesarias y necesitan llevarse acabo, lo que hay que aprender es a reducir al mínimo las interrupciones que no son necesarias y que nos distraen de nuestros objetivos.
  4. Posponer. Hay tareas aburridas o repetitivas que cansan. Aplazarlas es algo tan tentador ("lo dejo para luego", "mañana busco un hueco y lo hago", "esto para después", ...) que puede llegar a ser mortal, ya que el trabajo se agiganta de tal manera que puede llegar a parecer insuperable. Averigua por qué aplazas las tareas e intentar cambiar de hábitos. 
  5. Planifícate. Programa tu tiempo. Una vez que sabemos cuales son nuestros objetivos y prioridades, sólo tienes que crear un programa que te ponga en marcha y que te proteja contra el estrés. Esto significa que entiendes los factores que determinan el tiempo disponible para cada tarea. Deja un espacio para las inevitables interrupciones. Añade un tiempo de gracia para los acontecimientos inesperados y poder moldear tu horario.
Ya sabes lo que tienes que hace para que no te acuestes con la sensación de "no haber hecho nada durante todo el día".

2 comentarios: